sábado, mayo 26, 2007

Apareció!!

La semana pasada fue un de las peores que recuerdo en el aspecto emocional. Después de mas de un mes sin ver mi a mi familia y justo unos días antes de mi viaje de regreso periódico, sucede que mi pasaporte se me había extraviado. Eso significaba el retraso de mi viaje a Venezuela hasta concluir todos los trámites en la embajada Venezolana de Bélgica para poder obtener uno nuevo.

Pero todo eso debería ser después de terminar con mi actividad en en la República Checa en un sitio bastante alejado de Praga donde me queda la embajada mas cercana.

Volver a Venezuela no hubiese sido complicado, el problema era salir nuevamente ya que la nueva burocracia Venezolana ha hecho que el trámite del pasaporte sea complicado y poco flexible. La tristeza y la impotencia, el no saber cuanto tiempo estaría afuera sin poder ver a mi familia no me dejó dormir y no me tenia muy lúcido para mis decisiones en el trabajo y al otro lado del Atlántico la situación era la misma, fue una semana muy dura emocionalmente para todos. La impotencia y la compleja burocracia para obtener un nuevo pasaporte en Venezuela nos ponía en peor situación. Los nuevos sistema en línea para tramitación de pasaporte no tienen la opción de solicitar nuevo por pérdida, y en las oficinas no hay nadie capaz de dar una respuesta sobro los pasos a seguir. Tanto en Venezuela como el los consulados la indicaciones son poco claras y contradictorias. Una buena cantidad de "gestores" ofrecen sus soluciones a precios que varían entre lo ridículo y obsceno, y cada uno con un cuento o una historia diferente.


Antes de salir a Chéquia, busqué el pasaporte en todas partes (bueno en casi todas) y no lo encontré. El trámite para obtener un nuevo pasaporte es ir a la policía local, hacer una denuncia y con la denuncia ir a la oficina consular para tramitar otro pasaporte. Pero eso solo podría ser el viernes en Bruselas ya que en Chequia me sería muy difícil.

Decidí no hacer la denuncia en la policía para esperar y ver si lo encontraba el viernes a mi regreso a Bruselas.

A mi llegada Bruselas decidí hacer un cateo al estilo policial del apartamento, comenzando por el cuarto, sacar la ropa de cama, revisar debajo de la cama y el colchón, en cada gaveta, los bolsillos de las camisas y los pantalones, en los bolsillos de las maletas y maletines. Luego en la sala, cada papel del escritorio, los cojines de las sillas y butacas, debajo de ellas, detrás de las mesas, y nada, no aparecía!

Ya no me quedaba donde buscar, estaba cansado y con hambre así que decidí preparar algo de comer y luego llamar a Caracas para decir que no viajaría, me quedaría para hacer los trámites en el consulado. Pues al abrir la despensa para buscar un paquete de pasta, allí estaba, junto a los espaguettis y el arroz, mi flamante pasaporte de la República Bolivariana de Venezuela estaba a buen resguardo bailando cha cha cha, como decía la canción del "bodeguero" muy popular en mi infancia, entre frijoles, papas y arroz!, toma chocolate, paga lo que debes...

Así que hoy felizmente escribo esto desde el escritorio en el estudio de mi casa, ya estoy aquí junto a mi familia. Ahora es cuestión de investigar como es que el pasaporte llegó a parar allí.

domingo, mayo 20, 2007

Catarsis de soledad

Tenía días que no escribía simplemente porque el trabajo y los viajes me dejan sin ganas de hacer mucho mas. Aviones, aeropuertos, hoteles, lugares e idiomas desconocidos me tienen alejado de lo que me gusta y lo que amo. A pesar de la buena remuneración y responsabilidades que tengo, el trabajo no es precisamente en el área que a mi me gusta y que me produce grandes satisfacciones, es básicamente gerencial y muy poco técnico así que no está lleno de esos retos tecnológicos difíciles a los que yo estoy acostumbrado. Es básicamente hacer las cosas que se hacer pero no mucho mas. La gerencia es interesante pero no hay como lidear con "la mala intención de los objetos" como le decía mi padre al arte de diagnosticar y resolver problemas de máquinas, aparatos o sistemas.

Hoy estoy con "guayabo" de mi casa, mi familia y mi gente. Hoy la soledad me está pegando como nunca. Jueves y viernes fueron días feriados aquí en Bélgica, y yo me quede en el apartamento. Tengo cosas pendientes que hacer para el trabajo, pero no he hecho nada. Lavé la ropa, hice mercado, dormí, leí, paseé por los blogs que me gusta leer pero no deje comentarios, simplemente no me ha provocado hacer nada.

Decidí pasear y conocer otros casinos de este pequeño país para ver si conseguía las condiciones de juego que yo requiero, porque ni jugar blackjack como a mi me gusta había podido (al fin conseguí un sitio mas o menos pero bastante lejano). Tengo cuatro días que solo hablo conmigo mismo, he abierto la boca para pedir café o refresco en la mesa del casino. Y solo he hablado por Skype un par de veces con mi familia.

Me hace falta el calor humano, me hace falta voltearme en la cama y tocar el cuerpo de quien amo. Me hace falte el "hola pa"de Hans o "hey gordo"de Ricardo. Me hace falta mi Caracas desordenada y su gente alegre. Me hace falte hablar y escuchar mi idioma y el acento venezolano.

Me hace falta mi arepa, mi queso blanco y mi marroncito o el cachito de jamón los "asquerositos*" . Ni hablar de mi Ávila imponente, ese que siempre te dice donde está el Norte!

Me hace falta el olor a cable y electricidad de mi empresa y los problemas de mis clientes

Me hace falta saber que estoy cerca de mis hijos grandes mi mamá y mi herma, no los veo mucho cuando estoy en Caracas, pero se que están allí mismito.

Me hace falta, mucha falta, mi cocina, mis ollas y todos mis "peroles", y por sobretodo mis comensales y amigos, esos que disfrutan cuando van a casa a comer las cosas que preparo.

No me gusta la soledad!

* perros calientes callejeros